Manifiesto Friedmanista



Dr. Friedman
es un personaje mítico, una leyenda urbana, un rumor que trae el viento, un chajá que dice "chajá" pensando que le vas a afanar los pichones. Está en todas partes: desde la mancha de café con leche en tu cuaderno de apuntes, hasta el doblés blanquito de ese boleto de subte enterrado hace años en el bolsillo de aquella ochentosa campera flúo que ya no usas. Es la esencia filosófica detrás de la pelusa del ombligo, la fuerza que mueve a Yoda a hablar al revés.

Pero sobre todo, está ahí cuando gritás al viento "LA PUTA MADRE, PORQUE TODO ME PASA A MI?"

No solo te paso a vos. También nos paso a nosotros. También le pasó a ÉL.

viernes, 29 de junio de 2012

El héroe de la Campera


Su mirada recorria el escenario.
Lo veia, no estaba muy lejos. Lo veia blandirse, luchar y usar todo lo que tenia, sus recursos, armas.
Cargaba un protector pesado, ineficiente. Le impedia desenvolverse como sabia, un soldado de los buenos. Su otro soldado tambien luchaba. Los veia, uno al lado del otro.
El calor recorria el lugar, las gotas de sudor recorrian frentes y manos de las personas.
Ruido, mucho ruido, dificil la concentracion. Ni hablar de comunicarse con sus soldados.
Sin embargo se desenvolvian bien.. excepto el primero.
Una carga dolorosa, pesada de llevar, protector tantas veces, hoy era un perjuicio.

Sabia que tenia que hacer algo. Antes de la batalla le habia recomendado "déjala, te entorpecerá". Tenian el resguardo disponible, protección, no había manera de que sea obtenida por los enemigos. El orgullo pudo mas.

Sabia el que, le faltaba el cómo. Era dificil intervenir, ademas de peligrar su propia integridad, y sobre todo, la de su soldado. Un movimiento en falso, y podria sobrellevar a que pierda su batalla. Esa intervencion que resulta negativa.

Y entonces, lo supo. En ese momento lo vio, toda su vida habia se reducia a este momento, por el cual habia sido procreado, por el cual habia asistido al campo de batalla, por el cual fue con sus soldados, por el cual era quien comandaba al grupo, aquel momento por el cual iba a figurar en los libros de historia.

Con un rapido movimiento, se fue acercando. Pasó por al lado del segundo soldado, que batallaba duramente, pero sabía que el podía. Rapidamente, con un accionar veloz, tomó la protección, la mirada con su amigo se cruzó fugazmente. "Yo te lo tengo". Asintieron ambos.
Huyo, dejando a su soldado luchar. La balanza se inclinaba a su favor; ahora estaba mucho mas cómodo y se notaba.
Ganó la batalla.

Su misión habia sido cumplida, ese destino que el mundo le deparaba..


Ser el héroe de la campera.